Los robots están revolucionando las artes visuales al proporcionar a los artistas nuevas técnicas creativas, dice Albert Nubiola, director general de la empresa de software de simulación y programación de robots RoboDK, cuando se inaugura una exposición de pinturas hechas por robots en la prestigiosa galería de Bellas Artes Ben Brown de Londres.
Concebida por los pioneros de las artes digitales Rob y Nick Carter, la ingeniosa exposición "Dark Factory Portraits" presenta un brazo robótico industrial de KUKA -denominado "Heidi" por los artistas- que produce retratos de bellas artes de artistas famosos en acrílico.
El título de 'Dark Factories' es un guiño a los procesos de fabricación 'lights out', donde los robots trabajan de forma autónoma en espacios fabriles sin luz. Heidi también trabaja "a ciegas", es decir, sin cámaras ni sensores de visión.
Cómo funciona
Heidi recibe una fotografía en forma digital, aplica un poco de procesamiento de imágenes y el API de Google Face y, gracias a una cierta codificación en Autodesk Maya, genera una imagen final. El robot debe ser capaz de calcular dónde deben ir las pinceladas, cuánto tiempo deben ser, el ángulo del pincel y otros detalles.
En este punto del proceso, el robot tiene una idea clara de su objetivo, pero no entiende la mecánica de la pintura de forma humana. Aquí es donde entra en juego el RoboDK.
"Fui capaz de pegar Autodesk Maya y RoboDK usando sus SDKs, para formar una única y elegante herramienta para diseñar cualquier tipo de pintura y hacerla pintar por un robot", dice el ingeniero de software Julian Mann, que dio vida a la mecánica de Heidi para 'Dark Factory Portraits'.
Utilizando el API de RoboDK, Mann codificó todos los movimientos de Heidi; desde la selección de la pintura y el pincel hasta qué pincelada usar y cómo limpiar un pincel. A medida que el proyecto avanzaba, Mann observó que el robot desarrolló algunas de las habilidades de motricidad fina que los humanos dan por sentado al pintar.
"A medida que el desarrollo avanzaba, el sistema recogía cada vez más de las habilidades que damos por sentado al pintar con nuestras propias manos", dice Mann. "Por ejemplo, el robot se mete suavemente en cada trazo y empuja más fuerte y más suave para modular el ancho del trazo. Sostiene diferentes pinceles en diferentes ángulos, y tiene mucho cuidado de limpiar la cantidad justa de exceso del pincel."
RoboDK permite a los usuarios programar fácilmente más de 500 robots industriales, desde pequeños robots de colaboración hasta grandes brazos industriales - cada uno de los cuales ofrece una multitud de formas diferentes de aplicar pintura al lienzo y a la escultura.
Mientras que los usuarios avanzados pueden utilizar el API de RoboDK, los no codificadores pueden crear fácilmente complejos programas de robot en RoboDK apuntando y haciendo clic con el ratón en un entorno informático simulado. Los usuarios pueden probar los movimientos de sus robots antes de aplicarlos en el mundo real. Mientras tanto, el software de RoboDK se encarga de traducir esos clics en un código que el robot entienda.
La robótica abre nuevas posibilidades para los artistas y creativos al proporcionarles nuevas herramientas y procesos con los que trabajar, dice la directora de marketing de RoboDK, Lauren Ierullo.
"Como muestra la brillante exposición Dark Factories, no se trata de sustituir a los artistas, sino de potenciar a los artistas y permitirles explorar nuevas vías de creatividad a través de la automatización", dice Ierullo.
Los Carters comparten este sentimiento, viendo la robótica como una herramienta, una extensión de su oficio, más que como una amenaza a la creatividad humana. La exitosa colaboración entre los Carters, Mann y Heidi, pone de relieve los beneficios y el potencial creativo de la colaboración entre humanos y robots, dice Nubiola.
"Hay muchas áreas en las que los mejores resultados provienen de la colaboración entre humanos y robots, y las artes visuales no son una excepción", dice. "Nuestro software permite a los artistas añadir herramientas robóticas a su repertorio y está creando a nuevos tipos de artistas -ingenieros creativos que construyen los algoritmos que los robots utilizan para producir arte".
RoboDK fue fundada en 2015 como una empresa derivada del laboratorio CoRo de la Universidad ETS de Montreal, Canadá. En ese tiempo, su software de simulación y programación de robots ha ayudado a dar vida a varios proyectos artísticos de alto perfil.
A Neoset Designs, un estudio de arte y fabricación digital con sede en Nueva York, se le pidió que colaborara con el servicio de transmisión de música Spotify en el proyecto de escultura de robots "RapCaviar Pantheon" en 2017. Utilizando las características de fresado de RoboDK el equipo completó tres grandes esculturas de destacados artistas del rap en sólo 15 días.
La impresionante escultura "Estrella de la Muerte" del artista Robot Longo, que ahora forma parte de la colección del Burchfield Penney Art Center en Buffalo, Nueva York, consiste en 40.000 balas de latón y cobre dispuestas alrededor de una esfera de acero. Para asegurar la precisión, se utilizó el software RoboDK para controlar un sistema de perforación robótico hecho a medida que preparaba los 40.000 agujeros en los que se colocaban las balas.
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